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Las mascotas de nuestros clientes

Como profesionales que asistimos a domicilios, es frecuente encontrarnos con mascotas y es muy importante saber cómo actuar en cada momento.

En la actualidad, tener un perro o un gato en casa es algo más sentimental que servicial. Décadas atrás, tener un perro en casa era por protección, o un gato por el tema de insectos o roedores, pero esto ha cambiado, y hoy en día se tienen por compañía. Este cambio de mentalidad hace que los lazos que existen entre animal y persona se tengan que tener presentes cuando entramos a un domicilio con animales.

Por lo general, al entrar en el domicilio, el propio cliente ya procura tener al animal controlado o cogido, pero si por nuestra parte tenemos buena afinidad con los animales en general, se lo comunicaremos al cliente para que sepa que, por nuestra parte, no ha de preocuparse; que a nosotros no nos molesta estar con mascotas. Este paso empezará a crear un vínculo con el cliente.

Cuando hemos entrado en el domicilio y el animal ya empieza a tener confianza con nosotros, tenemos que tener muy claras varias pautas a seguir:

 

  • hablar en tono suave

  • evitar movimientos bruscos

  • observar su lenguaje corporal 

  • respetar su espacio

  • esperar a que el animal se acerque a nosotros

  • nunca darle de comer sin el consentimiento de los clientes

  • tener mucho cuidado en la zona de trabajo para evitar que el animal se haga daño

  • respetar siempre si el animal no muestra interés en el contacto

 

Finalmente, despedirse también de la mascota haciendo algún comentario positivo sobre ella contribuye a dejar una impresión favorable y profesional al concluir el servicio. Esta atención fortalece la relación con el cliente y su entorno. 

  

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