Opinión...

Clientes y el exceso de control

En los últimos años se ha hecho cada vez más evidente una situación que en el pasado apenas existía, y es el exceso de control de algunos clientes durante la ejecución de una reforma.

No es raro encontrar casos en los que el cliente pretende imponer criterios estéticos, técnicos o constructivos, incluso por encima del conocimiento técnico del propio profesional. Este fenómeno se ha visto amplificado por la influencia de redes sociales como Instagram o Pinterest, donde todo se muestra en escenarios idílicos, con acabados impecables y ambientes diseñados para la fotografía, no para la funcionalidad real de un hogar.

Esa visión distorsionada conduce a expectativas poco realistas, y muchos clientes creen que, con solo haber visto unas imágenes, poseen la misma capacidad de criterio que un constructor o un instalador con años de experiencia.

A diferencia de lo que ocurría décadas atrás, cuando el cliente confiaba en el oficio y delegaba las decisiones técnicas en el profesional, hoy en día es frecuente que se cuestione cada detalle: el tipo de material, el método de instalación o incluso los tiempos de ejecución. Esto, lejos de agilizar la obra, termina por entorpecerla, genera retrasos innecesarios y a veces obliga a rehacer trabajos. 

La intervención excesiva, en lugar de aportar valor, desvirtúa el proceso constructivo y compromete la calidad final. Saber el "Rol" de cada participante y sus límites en la reforma, recuperaría la confianza mutua y el respeto por la experiencia profesional y sería la base para que una reforma llegue a buen puerto.

 

 

 

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